Pintada, no vacía:
pintada está mi casa
del color de las grandes
pasiones y desgracias.
Regresará del llanto
adonde fue llevada
con su desierta mesa
con su ruidosa cama.
Florecerán los besos
sobre las almohadas.
Y en torno de los cuerpos
elevará la sábana
su intensa enredadera
nocturna, perfumada.
El odio se amortigua
detrás de la ventana.
Será la garra suave.
Dejadme la esperanza.
MICCIÓN ÚLTIMA
Llenada, no vacía:
llenada está mi mama
del sabor de los glandes,
manchones y escampadas.
Regresará del antro
adonde fue llevada
con sus nalgas abiertas,
con su boca llenada.
Florecerán sus pechos
sobre polla varada.
Y en torno de su cuerpo
elevará la sábana
una imponente verga
no sólo una: varias.
El semen se aglutina
detrás de la garganta.
Será la guarra, ¿sabes?
¡Dejadme de llenarla!
(POEMITOS, Pedro Toral Ortiz)

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